En Kitsune, los niños aprenden a identificar, expresar y manejar sus emociones.
Por eso, cuando se hacen mayores, son capaces de afrontar los momentos difíciles sin frustración ni berrinches.
Las escuelas son auténticos hervideros de emociones. Sentir enfado, envidia, nervios, frustración... está en el día a día de las aulas.
Pero... ¿cómo concentrarse y aprender en medio de un enfadado?
¿Te imaginas que tu hijo aprendiera a controlar sus emociones negativas y a disiparlas? La clave está en la
“El éxito en la vida adulta depende en un 80% de la inteligencia emocional y sólo en un 20% del coeficiente intelectual”
Daniel Goleman
Psicólogo y escritor
Inteligencia emocional
Coeficiente intelectual
En Kitsune la inteligencia emocional se trabaja durante los últimos 15 minutos de las sesiones.
Los alumnos realizan actividades orientadas a identificar, representar y expresar las 4 emociones básicas: alegría, tristeza, enfado y miedo.
¿Quieres saber cómo es un niño que ha trabajado la inteligencia emocional? Te lo mostramos a continuación.
“Estoy muy disgustado porque mi mejor amigo no quiere jugar conmigo”.
“Estoy enfadado y por eso no estoy disfrutando del recreo”.
“Contaré hasta 10 y respiraré muy hondo para intentar desenfadarme”.